Steve Carell se ganó mi aprecio en The 40-Year-Old Virgin, para consagrarse como el mejor comediante de su generación (al menos para mi) en Little Miss Sunshine y The Office. Tina Fey, por su parte, se ganó mi corazón y amor desinhibido desde Saturday Night Live, enamorándome de su delicioso guión en Mean Girls y terminando de consagrar mi amor platónico en la gran 30 Rock. Pues los dos comediantes de la década se unen para hacer una película juntos, marido y mujer, metidos en grandes aprietos cuando un grupo de mercenarios los persiga para asesinarlos al confundirlos con otra pareja de traficantes de droga. No importa que Shawn Levy (Noche en el Museo) dirija, esta película no es para verse y esperar un realismo cínico (ala The Office) o una exacerbación de un humor consumista (ala 30 Rock). Desde los trailer sabemos que tendremos una historia algo jalada de los pelos, poca habilidad en la dirección y un ritmo que podría resultar empalagante. Pero ver a los dos genios en pantalla recitando prudentemente one-liners hilarantes es suficiente como para pagar la entrada y pasar el rato sin remordimientos.