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Entrevista a Verónica Oliart - El Inca la Boba y el Hijo del Ladrón

Publicado: 2011-08-23

Ya hemos presentado la película en un post anterior, en el que conversamos con el elenco de actores de paso, pero esta vez queríamos ahondar un poquito más en la realización y producción de El Inca, la Boba y el Hijo del Ladrón, una de las tres películas peruanas que compiten por el Spondyllus este año en el Festival de Lima. Verónica Oliart es la encargada de la producción de la película, una que incluye una vasta colección de locaciones y actores, además de gran cantidad de extras, en un proyecto en el que sobran ambiciones. Claro que para conversar con ella tuvimos que rogarle un ratito. Tímida, se llamó, prefería que entrevistáramos sólo a los actores. Sin embargo, una vez iniciada la 'breve' entrevista que prometimos hacerle, Verónica  sacó a relucir una cálida personalidad, bromista, juguetona, pero sobretodo lúcida, firme en sus posturas, sus opiniones, sus críticas. En la siguiente entrevista, Verónica nos habla de su bebé a punto de estrenarse en el Festival de Lima, lo complicado de la producción, del 'pedilón' Ronnie Temoche, así como el porqué fue parte de los 'malos' en la propuesta de la nueva Ley de Cine. Sí, la de Raffo.

Entrevista: McZorro

Fotos: Rockcine

¿Qué se siente haber empezado un proyecto hace tanto tiempo y ya estar presentándolo?

Un alivio enorme, mucha ilusión, porque hubieron momentos muy difíciles en la producción, y ahora que por fin terminamos y ya va a salir, estamos contentísimos. Salió el hijo.

¿Cuándo se estrena comercialmente la película después del festival?

El primero de setiembre. La estamos distribuyendo con Cineplanet.

¿Cómo es que Ronnie y tú gestan el proyecto?

Nosotros trabajamos en cine hace muchísimos años en diversas áreas, siempre nos ha gustado mucho. Incluso cuando salió esta ley de cine (la vigente) que nos benefició a nosotros, participamos activamente, sobre todo Ronnie más que yo, para que se promulgara. A partir de que salió la ley, nosotros empezamos pues a concursar, para lo que era nuestra esperanza: hacer una película. Aplicamos a un concurso anterior (a los de Conacine) con otra película, el cual no ganamos, y cuando llegó este concurso (con la nueva ley) sacamos todas las ideas que permanentemente habíamos estado preparando, para elegir con cuál se podía aplicar. Encontramos la adecuada, junto con otras dos. Juntamos el anterior con dos proyectos que teníamos guardados por bastante tiempo; a Ronnie se le ocurrió y me dijo: 'Voy a usar los tres'. Eran tres cosas, que entonces eran muy diferentes a lo que ha salido, agarró a un personaje de uno, un personaje del otro y la idea de otro. Así fue como nació la idea del Inca, La Boba y el Hijo del Ladrón.

Esta es la primera película de Ronnie.

Ha sido guionista, también escribe para otros. Pero esta es su primera película como director.

Tú te has encargado de la producción.

Yo soy la productora. Y como salió en algún lado, su esposa también. (Risas)

¿Cómo fue el proceso de recaudar fondos?

Fue muy largo. Nosotros conseguimos el primer premio por Conacine, hace ya varios años, y luego para conseguir el resto, que era para la filmación, pasaron dos. Después de otro año entró la universidad Alas Peruanas, que nos ayudó en la post-producción, distribución, y terminamos de completar esta etapa con el premio que ganamos por Conacine en el 2010. Por eso fue un poco largo. Unos tienen más suerte que otros, unos lo hacen mejor que otros, y en todo sentido ha sido nuestra primera experiencia.

Tuvieron la película editada, terminada, hace tres años.

Así fue el proceso: la película se filmó en el 2007 y 2008, se editó en el 2009, después de una espera larga, ya que nos quedamos sin un sol. Luego de dos años se musicalizó y finalmente, con la intervención de Alas Peruanas, conseguimos la carta para el laboratorio. Así fue todo, por pedacitos.

Y estuvo lista recién en...

Estuvo lista, con las copias y todo en marzo de este año. Después de conseguir el dinero para hacer lo del laboratorio, que es lo más caro, tuvimos que afinar de nuevo, porque siempre quieres mejorar, nunca se acaba este proceso.

Hay un manejo, una producción, que incluye una gran cantidad de extras.

Es una producción bien grande, es una producción ambiciosa. De hecho, el casting fue enorme, los chicos ya te habrán contado eso. En el caso de Evelyn, yo ya había trabajado con ella cuando era bien chiquita, tenía fotos de su cara, era un personaje ya destinado. Pero cuando hicimos el casting de El Inca, Álvaro Mejía, un amigo que tenemos en común, llevó una foto de él. Igual, hasta que lo llamé pasaron como siete meses, y yo seguía con casting tras casting. Y a Ronnie no se le salía la foto de la cabeza. En el caso de La Boba, fue porque un amigo nuestro que trabajaba como asistente de dirección, nos dijo: 'Yo tengo una sobrina' y ahí quedó. Hicimos un casting para El Hijo del Ladrón que sí fue más grande, hicimos un casting cerca de unos 800 muchachos. Un casting en todo Lima; Los Olivos, Villa El Salvador, Comas, etc. El casting duró cerca de ocho meses en hacerse por completo, aparte del otro elenco, el cual también es enorme. Como es una película 'de viaje' cuenta con muchos personajes, tiene muchas locaciones, cerca de 75, y muchos extras. Todo mucho. (Risas).  El director era bien pedilón. (Risas).

¿Qué tan estresante fue trabajar con una producción tan grande?

Siempre una producción grande o chiquita es estresante. Todo depende del nivel de detalle. Pero en el caso particular de Ronnie, que es una persona bastante detallista, acá los actores te dicen que es bien bueno: ¡es un tirano! (Risas). Lo que lo motiva es el acabado, que la cosa luzca linda. Ese era el máximo estrés. Y los dos teníamos también la misma idea de que era nuestra primera película, por lo que no íbamos a escatimar recursos. Nosotros hemos puesto nuestra vida entera, igual que los actores y la productora, total, estamos en la quiebra hace cinco años. (Risas) Es una película que a nivel de producción no creo que nadie pueda decir que está mal, es bonita, la fotografía está espectacular, la música también fue un trabajo largo pero lindo, el vestuario. También fue porque supimos reunirnos con la gente adecuada. Todo el mundo estaba bien sintonizado. Estresante, sí, producir con tantísima gente, con tantísmo elenco, todos los actores son engreídos, pero ha sido una experiencia linda. Y muy aleccionadora también, todos los problemas también han sido una lección para todos.

¿Cómo es que llega la película al Festival de Lima?

Nos invitaron. No hay muchas películas tampoco, peruanas a estrenarse, sólo dos más: El Guachimán y Bolero de Noche.

A mi me llama mucho la atención lo que mencionabas de que Ronnie fue uno de los precursores de la ley del 93.

En esa época había la Asociación de Cineastas del Perú (ACDP), que se dividió en ese momento, y fueron ellos quienes estuvieron detrás de la ley del 93. Yo, con el pequeño grano de arena que puse, fui a recolectar firmas al estadio. En la confección de la ley estaba Guillermo Palacios Pomareda, que también ha sido socio nuestro, una persona a la cual agradezco bastante, Ronnie Temoche, Chicho Durán, entre otros. Se reunían en Inca Films, recuerdo que quedaba en una paralela a la Arequipa, para ver los artículos de la ley. Hubo mucha gente involucrada, porque de pronto nos quedamos sin ley, de la nada. El cine se detuvo años.

El proyecto Conacine ha sido pasado al Ministerio de Cultura, ha perdido su independencia. ¿Cómo ves este cambio?

Malazo. Lo natural es que Conacine pertenezca al Ministerio de Cultura, y todos pensamos así en algún momento, es su dominio natural. Pero alguna vez leí, hace mucho tiempo, y ahora reflexiono al respecto, en un artículo de periódico, que la cultura no puede estar en un ministerio. Claro, pero lo natural es que esté ahí, además debe haber un marco legal. Lo que ha pasado en particular con Conacine está mal, pero eso no quiere decir que nosotros nos vamos a quedar con los brazos cruzados. Hay gente que hace más de 20 años está detrás de una ley de cine: Tamayo, Chicho, Lombardi, nosotros, los que vivimos de hacer esto vamos a seguir haciendo algo.

Consideras entonces que sí es necesaria una reforma de ley de cine.

Siempre se ha considerado, yo soy de la ADCP, del grupo de Raffo, de los 'malos', yo soy de ese gremio. Porque hay los 'malos' y los 'buenos', por si acaso. No es una ley perfecta, pero para hacer una ley no es una cosa que se haga en cinco días. Pedir es bien fácil y el que primero llega al Congreso es una cosa que coge cosas de la del 93, llevó meses de trabajo poder llegar al Congreso. Hay que pensar bastante en el proceso de la ley; pasan varias legislaturas, no es que yo pido mi ley perfecta, ideal, que yo quiero que salga esto y esto. Hay que ver qué bancada te la acepta. Es una chambaza que la gente del ACDP nunca ha dejado de hacerla y eso me consta. Bien, mal, con errores, sin errores, siguen trabajando. Y así seguimos trabajando. Ahora seguro vamos a tener una asamblea para hablar al respecto, del Ministerio, los planes a seguir, con un abogado, qué proyectos se presentan, siempre se está trabajando. Tenemos asambleas una vez al mes y siempre hablamos del tema de la ley, siempre hablamos del tema de la plata, todo.

Tú mismo lo has dicho: tú estás del lado de 'los malos'...

Digo los 'malos', entre comillas, ya que nosotros fuimos 'los malos' que apoyamos en algún momento la ley de Raffo.

Claro. Ese proyecto de ley ha sido muy criticado porque se dice que terminaría ayudando mucho más a las majors. ¿Crees que es así?

Sí, yo creo que es así. Lo que pasa es que cuando uno quiere hacer una película, también tiene que pensar cómo hago para que llegue más plata a Conacine para que puedan haber más premios, y más grandes. Estaba este proyecto de ley que favorecía a las majors, absolutamente, eso pasaba. Desde mi punto de vista, de una productora que pasa muchísimo tiempo haciendo una película, nos ha tardado cinco años, lo que yo más quiero es que Conacine en lugar de tener 5 millones tenga 16. Es una cuestión de pragmatismo. Además es una ley de fomento, no una ley de cine. Mucha gente malinterpretó eso también.

¿No había otra forma de no favorecer a las majors?

En ese momento no había otra forma, porque era una ley consensuada. Tenías que tener a los tres actores de la industria de acuerdo. No era una cosa que nos encantara. Pero si lo que quieres hacer es que el próximo año no hayan cinco pelas, sino 25, tiene que haber una solución, y esta era la que considerábamos adecuada.

¿Sientes que Conacine ha hecho, dentro de sus posibilidades, una buena labor en su tiempo de vida?

En la gestión última ha hecho un trabajo excelente, nunca antes vista. Para empezar, se llegó casi al monto de la ley, y se hicieron más películas.

Eso es por el lado de la producción, pero por otro lado está el público. ¿Hay un divorcio entre el cine peruano y su cine?

Eso no sólo pasa con las películas peruanas, sino con todas en general. La aparición de los multicines divide al público. Antes tú hacías taquilla de un millón, que era una taquillaza peruana, las películas extranjeras, como Spider-Man, hace diez años hubieran hecho un millón, ahora llegan a 300 mil, difícil llegar al millón. Y eso es por la aparición de los multicines. En nuestro caso también afecta que llegas con tu película con cero plata para publicidad, pero también hay películas que se alejan del público. Yo creo, en lo personal, ya veremos en los resultados de taquilla, que nuestra película no es una película alejada del público. Eso es lo que creo, al final el público puede pensar otra cosa. Muchas veces no existe publicidad de películas peruanas, porque llegas con los recursos mínimos  para hacerla, y haces tu prensa, tu afiche, consigues cuatro programas de televisón, pero ponte a pagar avisos en El Comercio, no te alcanza. No hay plata para publicidad. Eso ya es cuestión de cada director, claro, de cada persona que hace su proyecto.

También está el hecho de que las películas peruanas tienen que acomodarse a las fechas de estreno que les dejan las majors.

Lo que pasa es que tú tienes que ver también el mes en el que entras. Por ejemplo, julio es imposible: Los Pitufos, Harry Potter y mucho más. Hay muchas de estas películas, entonces nos tenemos que correr a septiembre o octubre, que es la época de menos blockbusters. También es cierto, no nos tratan como debemos, pero esa es una cuestión del libre mercado.

¿El marco legal debería cuidar eso o no crees que debería meterse?

Si yo te hablo del marco legal, ¿debería cuidarlo?, por supuesto. En este enorme 'libre mercado' nosotros somos pues un puntito. Debería cuidarlo, pero es una utopía eso.

¿Cómo ves al cine peruano?

Bien, se hacen muchas películas. Se hacen cosas chéveres y otras no tanto. Está super. Desde que he empezado a hacer películas, soy incapaz de criticar a mi colegas, yo respeto mucho los trabajos de otros, me pongo en su pellejo desde el comienzo hasta el final. Antes sí era rajonaza, ahora soy incapaz.

¿Algún plan a futuro con Ronnie?

Tenemos dos proyectos bajo la mesa por trabajar, uno histórico, de época, y otro de género. Los dos estamos chambeando bastante para ver cuál hacemos primero. Están aún en etapas de desarrollo.


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