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Lo mejor del 2011

Publicado: 2012-01-14

Luego de un interminable debate entre mi ego más académico, mi testosterona adrenalínica y mi faceta lúdico infantil, he podido escoger las que considero son las 10 mejores películas del presente año, de los 211 estrenos comerciales que se han visto en nuestro país en estos doce meses, aquellos filmes que de una u otra forma conquistaron mi corazón cinéfilo. En la última semana habré diseñado cuatro listados diferentes, algunas películas ingresando y saliendo mientras cambiaba mi temperamento. Estoy contento con cómo ha quedado la lista, y sacaré las garras para defender mis elegidas y porqué están ubicadas en sus respectivas posiciones. Vamos, es una lista hecha a mi medida y antojo.

Pero antes de empezar a mencionarlas y argumentar a su favor, quisiera hacer mención a las películas que casi casi llegan, pero que por una u otra subjetividad no calificaron. Mención a la prolija Temple de Acero, de los Hermanos Coen; a la sigilosa y expectante The American, de Anton Corbijn; la incómoda y visceral Carancho, de Pablo Trapero; la ensayística y saramaguesca Contagion, de Steven Soderbergh; la fatalista y seca Winter's Bone, de Debra Granik; la oveja negra de los blockbusters, Rise of the Planet of the Apes, de Rupert Wyatt; la irreverente Bridesmaids, de Paul Feig; la dolorosa Rabbit Hole, de John Cameron Mitchell; la íntima El Mensajero, de Oren Moverman; la entrañable Barney's Version, de Richard J. Lewis; y Somewhere, simplemente por ser de Sofía Coppola, y yo amante de ella.

10. (Empate) LAS AVENTURAS DE TINTIN (The Adventures of TinTin: The Secret of the Unicorn), de Steven Spielberg; y MISIÓN IMPOSIBLE - PROTOCOLO FANTASMA (Mission: Impossible - Ghost Protocol), de Brad Bird

Este último lugar del ranking fue tal vez la decisión más complicada, ya que cualquiera de las menciones del párrafo anterior pudo haber calificado y reemplazado al único empate de mi listado. ¿Por qué elegí estas películas? Puro hedonismo. Estas son dos de las películas más entretenidas del año, de acción-reacción concreta, de causa-efecto interminable, acumulable, de aventuras fantásticas y adrenalina en aumento. Pero lo mejor de todo: son filmes que con la destreza de sus realizadores -el lúdico e infantil Steven Spielberg por un lado, que ha encontrado en el motion-capture su nuevo juguete cinematográfico, y por el otro un Brad Bird que sorprende con una lucidez a la hora de enfrentar a sus personajes contra el tiempo mismo- crean magia en pantalla, con un manejo al detalle de la puesta en escena. Hay películas que permanecen intocables en tu memoria por determinados momentos o secuencias: el plano secuencia de casi 15 minutos en Bogghar de TinTin, y todo el atraco y persecución en Dubái de Misión Imposible 4, son dos de los mejores momentos que haya visto el cine de fantasía y acción, respectivamente, en los últimos años.

9. X-MEN: PRIMERA GENERACIÓN (X-Men: First Class), de Matthew Vaughn

Matthew Vaughn es un nombre a tener en cuenta, y es que estoy seguro que sonará mucho en los próximos años. Con apenas cuatro largometrajes en su haber, ya ha conquistado a la meca del cine por su eficiencia presupuestaria, su manejo de las grandes épicas, ese coqueteo con la violencia extrema, estilizada, elegante, además de esa inquietud por el despertar adolescente, el dilema de la identidad que viene con la etapa, las relaciones interpersonales que afloran por la edad. Este es el mejor blockbuster del año, para mi al menos, una película que se aleja del juego de las dos primeras, y el bodrio de la tercera, para acercarse al thriller político-bélico, a las tensiones de la Guerra Fría, esa mirada inquieta al otro, como una amenaza latente que podría erupcionar en cualquier momento: y esto se aplica tanto a los países en conflicto, como a ese 'otro' ser mutante que no entendemos. Michael Fassbender está excepcional como Magneto aquí. La muerte de Sebastian Shaw califica como una de las mejores escenas del año.

8. JUEGO DE TRAICIONES (Fair Game), de Doug Liman

Doug Lima sorprende, luego de haber sido tan vilipendiado con su anterior filme, una bazofia de nombre Jumper, para entregarnos una sesuda y realista mirada al mundo de los espías. Queda de thriller aquí, hay mucho de misterio, enredos y acción, pero la duradera valía de esta película es ese ámbito doméstico que se invade entre secretos y complots. Los agentes pierden su glamour, su inexorabilidad, su omnipresencia, para volverse seres humanos, padres y madres, sujetos no tanto cómplices sino víctimas de sus propias operaciones. Hay un fuerte discurso político aquí, sustentado con una buena historia policial. Esa penetración progresiva del espacio privado, es lo que hace brillar esta película. Y Naomi Watts no estaba tan bien desde Eastern Promises, creo.

7. TRISTE SAN VALENTÍN (Blue Valentine), Derek Cianfrance

La reivindicación del amor nunca fue tan dolorosa como en esta ópera prima de Derek Cianfrance, pero tal vez es así de lúgubre debido a que se lo niega en cierta manera. El amor se construye para ser efímero, y sólo así puede existir, atravesando un proceso natural hacia una auto-destrucción que alcanza niveles insoportables. Cianfrance avizora aquellos momentos fortuitos en los que poco a poco se resquebraja una relación, otea desde el inicio de una relación desde entonces inestable, hasta llegar a la hecatombe emocional en un cuarto paradógicamente denominado el Cuarto del Futuro. Ryan Gosling y Michelle Williams en las que son tal vez las dos mejores performances del año, y es por ellos y la credibilidad que ofrecen que la película condensa sus objetivos, en una rutina que de otra forma pudo volverse cansina. La escena de Ryan Gosling cantando You Always Hurt the One You Love y Michelle Williams bailando tap siempre quedará en mi memoria, esa advertencia anticipada de lo que se viene.

6. EL ESCRITOR OCULTO (The Ghost Writer), de Roman Polanski

Roman Polanski hace una radiografía profunda de lo que implica hacer política hoy en día, su mediatización y la importancia de la imagen y opinión pública por encima de los hechos concretos en torno a una figura de poder. Pero hay más que eso en esta película, puesto que se tiene la claustrofobia de una casa casi embrujada, sofocante, de recovecos misteriosos y personajes que transitan como fantasmas (sin ninguno serlo, claro, ya que es simplemente la casa del político en cuestión). Todo genera ansiedad, desde el transitar por una playa desierta que oculta un secreto, hasta el manejar por los suburbios en un carro con GPS que nos lleva a un lugar que no conocemos. Toda la secuencia final y la revelación de la verdad, el triunfo del bien, la honestidad y prudencia se ve eclipsada por la consecuencia de ser justo en un mundo dominado en nuestros días por las influencias, los grupos de poder, la venganza por alterar el status quo. La voz protestante, rebelde, se convierte en un papel que vuela y se pierde en el aire.

5. EL PELEADOR (The Fighter), de David O. Russell

Más que una película sobre el box, una película con peleas hermosamente filmadas, con la adrenalina del golpe, la caída y el triunfo, este es el relato de un intrincado árbol genealógico, el retrato de una familia y las grietas dolorosas con las que cargan. Recuerdo que antes de verla tenía la idea de que sería una simple aventura iniciática de un luchador que buscaba la gloria, pero está lejos de ser sólo eso. La película plantea la necesidad de abandonar el nido, la casa, de romper esos lazos retardatarios que nos unen con nuestra raíces familiares. Es un planteamiento duro, agrio, y es en ese sentido que la película nos sacude y remece nuestras ideas culturales de lo que es la familia. David O. Russell plantea a la familia como el monstruo que nos encierra, que nos encadena y no nos deja avanzar. La actuación de Christian Bale es la más comentada de la película, por tremenda transformación física, y es válido el aplauso, pero a mi me sorprende más un Mark Wahlberg sosegado que controla el flujo de sus emociones tanto en rostro como en cuerpo, y una deliciosa Melissa Leo en el retrato más devastador de una madre en años, la amamos y odiamos repulsivamente en cada fotograma en el que aparece.

4. RANGO (-), Gore Verbinski

Ha sido un terrible año para la animación, ya que ni Pixar ni Dreamworks han presentado nada demasiado memorable; una lástima sobretodo por Pixar que con Cars 2 nos entrega la que es tal vez su peor película en la historia del estudio. Por eso Rango fácilmente se apodera del título de la mejor película de animación del año, pero no sólo eso, sino que es en definitiva una de las mejores películas del año. Un homenaje al western en cuidados intensivos, es cierto, y es el atributo más resaltado del filme por la crítica especializada, pero lo que a mi me fascina del filme es ese adentramiento en el universo del actor. Esta es una meta-película de la labor del actor, de las identidades que adquieren y a las otras a las que deben renunciar en el camino, y qué mejor personificación de este dilema que un camaleón que, cosas de la vida, no puede camuflarse como sus congéneres. La película no teme afearse, literalmente, y en el mejor sentido del término, en el camino, a diferencia de esfuerzos colectivos en la animación reciente que prefieren diseñar personajes para merchandising y venta de juguetes. "My character's undefined? That's absurd! I know who I am. I'm theeee... I'm the guy! The protagonist, the hero!". Grande Verbinski.

3. RITO DIABÓLICO (Thirst - Bakjwi), de Park Chan-wook

Obra maestra o bodrio. Son las dos únicas opciones que tienes cuando sales de la sala de cine. Esta película ha encendido arduos debates entre los cinéfilos el pasado mes, ya que muchos se sintieron estafados por el responsable de la magistral Oldboy, mientras otros alababan el paso hacia adelante que significa en su carrera y narrativa. A mi me fascina la película, por ser desenfrenada, desquiciada, inestable, bipolar. Es un filme que atraviesa etapas, corre por el horror, por el suspenso, por la comedia negra, por el slapstick, por el drama, por el absurdo, el porno, y regresa al terror, y se va, y viene, sin fin. Esta es la historia de amor más desequilibrada que he visto en mucho tiempo, y es que eso es lo que es al final, por encima de vampiros o sacerdotes, la historia de un idilio de lo más bizarro. Park no teme a ser irreverente y nos entrega algunas de las escenas más controversiales que el cine haya visto en los últimos años. Pero al final lo vemos reflejado de manera íntima, solitario, triste, melancólico, dos personajes condenados a sufrir juntos, el amor como condena tan o más dolorosa que la enfermedad que les vino encima. Park necesita un abrazo.

2. EL CISNE NEGRO (Black Swan), de Darren Aronofsky

Perfección. Eso es lo que buscamos todos, quizás inconscientemente, desde cada ámbito de nuestra vida. Pero, ¿qué es la perfección? Es acaso lo bello, lo bueno, lo feliz. O es también lo grotesco, lo demoledor, lo que nos destruye y nos gusta a escondidas, lo que nos lleva a lo sublime. Aronofsky se plantea esta pregunta y la responde llevándonos a la más extasiante catarsis que haya visto el cine este año, ni más ni menos. La perfección reside justamente en esas imperfecciones de la vida, en el lado oscuro que lo ensombrece todo, en ese juego de intermedios. Natalie Portman quiere ser perfecta, pero se da cuenta que no puede desde su perfil de niña buena. Así la película atraviesa facetas de good-girl-gone-bad, la lleva desde la mentira y traición más inocente, hacia la entrega a los placeres carnales y hasta el asesinato. El mundo 'perfecto' de nuestra protagonista se perturba de a pocos, y en un juego audiovisual complejo nuestra percepción se altera también. Recuerdo haber salido de la sala confundido, desorientado, ultrajado. Obseso. Natalie Portman en el papel que la ha llevado a la gloria, pero es Mila Kunis la que me sorprende más a mí. Quién diría que llevar a Tchaikovsky a la pantalla grande terminaría en una de las más debatidas obras maestras de nuestros tiempos.

1. MEDIANOCHE EN PARIS (Midnight in Paris), de Woody Allen

No es necesario ser histriónico, intrincado o denso para hacer una gran película. Woody Allen este año demostró que con simpleza, ligereza y relajo se podía crear una consistente pieza de argumentos fuertes que no necesitan ser remarcados y complejizados. La historia es concreta: un hombre viaja a París con su novia y descubre una ciudad que lo fascina por su historia, su estilo de vida, su arte. Es así que el protagonista tiene viajes a la Edad de Oro de la ciudad, conversa con sus literatos o pintores favoritos, tiene cenas y fiestas con cantantes, fotógrafos o cineastas que él idolatra. Se enamora, se da cuenta de la vida falsa que está llevando, corrige su error. Y fin. Así de simple, así de directo. La película está hecha con una soltura que aún sigue sorprendiéndome, y te deja con una marcada sonrisa cada vez que la ves. Y te gusta estar así, hipnotizado. Allen nos habla de la nostalgia, de ese añoro al pasado innecesario, ya que las Edades de Oro, Belle Epoques, los Renacimientos del arte, de la gente, del mundo en general, están aquí y ahora, las estamos construyendo mientras andamos, para que en un futuro otras personas las añoren también. Esta es la película que más recordaré este año.

También incluyo las listas personales de los colaboradores de En Cinta este año, y de paso quiero agradecerles a cada uno por todo el apoyo brindado a este proyecto cinematográfico que recién empieza, con apenas dos años al aire, y que en tan poco tiempo ha logrado posicionarse como un referente en portales de cine en nuestro país; y esto no sería sin su apoyo, sin lugar a dudas. Gracias a Solange Cáceres, por ser la compañera infalible, la gran relacionista pública y responsable de los eventos del portal; a Miguel Quiñones por su labor audiovisual desde inicios de año, pero principalmente por todo el trabajo durante el Festival de Lima; a Jonatan Medina, entrevistador agudo y crítico perspicaz, tal vez algo flojo para escribir, pero allí cuando se lo necesitaba; y a José Miguel Bellido, por haberse metido de lleno en estos últimos meses a la re-estructuración del proyecto, con hartas nuevas propuestas.

Lo Mejor del 2011 según Solange Cáceres

1. El Cisne Negro, de Darren Aronofsky

2. Medianoche en París, de Woody Allen

3. El Peleador, de David O. Russell

4. Rito Diabólico, de Park Chan-wook

5. Triste San Valentín, de Derek Cianfrance

6. El Escritor Oculto, de Roman Polanski

7. Al otro lado del corazón, de John Cameron Mitchell

8. Rango, de Gore Verbinski

9. X-Men: Primera Generación, de Matthew Vaughn

10. Misión Imposible - Protocolo Fanstama, de Brad Bird; y Bridesmaids, de Paul Feig

Lo Mejor del 2011 según Miguel Quiñones:

1. Medianoche en Paris, de Woody Allen

2. El Cisne Negro, de Darren Aronofsky

3. El Peleador, de David O. Russell

4. Somewhere, de Sofia Coppola

5. Triste San Valentín, de Derek Cianfrance

6. Super 8, de JJ Abrams

7. El Planeta de los Simios: (R)evolución, de Rupert Wyatt

8. Las Malas Intenciones, de Rosario García Montero

9. X-Men: Primera Generación, de Matthew Vaughn

10. Kung Fu Panda 2, Jennifer Yuh; y Rango, de Gore Verbinski

Lo Mejor del 2011 según Jonatan Medina:

1. Triste San Valentín, de Derek Cianfrance

2. El Cisne Negro, de Darren Aronofsky

3. Al otro lado del corazón, de John Cameron Mitchell

4. Carancho, de Pablo Trapero

5. X-Men: Primera Generación, de Matthew Vaughn

6. El Planeta de los simios: (R) evolución, de Rupert Wyatt

7. Agora, de Alejandro Amenabar

8. Temple de Acero, de los Hermanos Coen

9. Las Aventuras de Tintin, de Steven Spielberg

10. Medianoche en París, de Woody Allen

Lo Mejor del 2011 según José Miguel Bellido

1. Temple de Acero, de los Hermanos Coen

2. El Escritor Oculto, de Roman Polanski

3. El Peleador, de David O. Russell

4. X-Men: Primera Generación, de Matthew Vaughn

5. El Cisne Negro, de Darren Aronofsky

6. Al otro lado del corazón, de John Cameron Mitchell

7. Misión Imposible - Protocolo Fanstama, de Brad Bird

8. El Planeta de los simios: (R)evolución, de Rupert Wyatt

9. El Mensajero, de Oren Moverman

10. Rango, de Gore Verbinski


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